Liderazgo con propósito: la clave para una planificación exitosa de la sucesión

Un liderazgo con propósito, es decir, alinear a los sucesores con la misión a largo plazo de la organización, evita ese caos y garantiza transiciones fluidas. Las empresas con un fuerte liderazgo con propósito superan sistemáticamente a sus homólogas en cuanto a rendimiento financiero, valoración de mercado y creación de valor para los accionistas.

Las empresas impulsadas por un propósito también experimentan un 30% más de innovación y un 40% más de retención de la fuerza laboral, lo que destaca aún más los beneficios de la planificación intencional del liderazgo.

¿Qué es el liderazgo con propósito?

El liderazgo con propósito es algo más que cumplir un rol. Implica formar futuros líderes que estén alineados con los valores, la misión y el propósito fundamentales de la organización, garantizando la continuidad y el crecimiento.

Hay numerosos ejemplos de empresas que no priorizan el liderazgo con propósito. En 2016, los empleados de Wells Fargo crearon millones de cuentas no autorizadas para cumplir con objetivos de ventas agresivos. Una investigación realizada por la propia junta directiva del banco en 2017 culpó a la alta gerencia de crear esta cultura, señalando al entonces CEO John Stumpf y a la ex ejecutiva Carrie Tolstedt por demorarse en abordar los problemas y no estar dispuestos a aceptar las críticas de que el modelo de negocio centrado en las ventas del banco estaba fallando.

Esta falta de liderazgo decidido, en el que la atención se centraba en las ganancias a corto plazo en lugar de en las prácticas éticas y los objetivos a largo plazo, provocó importantes daños a la reputación y pérdidas financieras.

A principios de la década de 2000, bajo el director ejecutivo Kenneth Lay y el director de operaciones Jeffrey Skilling, Enron incurrió en un fraude contable generalizado para inflar sus ganancias y ocultar deudas. Aunque inicialmente se presentó como una empresa de energía innovadora, las prácticas poco éticas de Enron llevaron a la bancarrota y a la pérdida de miles de millones en valor para los accionistas.

La desaparición de la empresa puede atribuirse a su cultura corporativa, que estaba obsesionada con lograr el crecimiento de los ingresos a cualquier costo, lo que demuestra una clara ausencia de un liderazgo decidido que priorice las prácticas comerciales sostenibles y éticas.

Estos ejemplos ponen de relieve la necesidad crítica de un liderazgo con propósito.

Cómo integrar el propósito en la planificación de la sucesión

Una planificación de sucesión eficaz requiere incorporar el propósito en cada etapa del proceso para garantizar que los futuros líderes no solo sean competentes, sino que también estén alineados con la misión y los valores de la empresa. Esto comienza por evaluar a los líderes potenciales desde el principio, centrándose en qué tan bien se alinean con el propósito de la organización. Comenzar el proceso de evaluación temprano permite a las empresas identificar a las personas que poseen tanto las habilidades necesarias como un compromiso genuino para avanzar en los objetivos a largo plazo de la organización.

Las herramientas de evaluación se pueden utilizar para garantizar que la selección del liderazgo esté impulsada por un propósito.

Al centrarse en criterios orientados a un propósito, las empresas se aseguran de que sus futuros líderes sean capaces de mantener y avanzar en la visión estratégica de la organización.

El liderazgo con propósito también se puede cultivar a través de programas de incorporación que enfatizan la toma de decisiones con propósito y la tutoría de líderes impulsados por valores. Estos programas ayudan a los nuevos líderes a integrarse en la cultura de la empresa y los equipan para tomar decisiones que se alinean con la misión más amplia de la organización, fomentando un sentido de propósito desde el principio.

La comunicación clara del plan de sucesión también es crucial. La transparencia genera confianza dentro de la organización, refuerza la alineación con el propósito de la empresa y garantiza la estabilidad durante las transiciones de liderazgo. Cuando la planificación de la sucesión está impulsada por un propósito, fomenta una cultura de alineación y crecimiento, asegurando que los futuros líderes estén motivados no solo por su propio éxito, sino por el éxito de la organización en su conjunto.

Al desarrollar líderes que estén profundamente conectados con el propósito de la organización y comunicar abiertamente los planes de sucesión, las empresas garantizan transiciones fluidas, estabilidad y crecimiento sostenible.

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